Chaac, el poderoso dios de la lluvia, el rayo, el relámpago y el agua, es una de las deidades más veneradas en la mitología maya. Su culto fue fundamental en el periodo Posclásico, ya que su influencia estaba directamente ligada a la agricultura y la supervivencia de la civilización maya. A continuación, te compartimos datos sorprendentes sobre esta emblemática figura.
Chaac, el maestro de la agricultura
De acuerdo con el Diccionario de Motul, Chaac fue un hombre gigante que enseñó a los mayas las técnicas agrícolas, en especial el cultivo del maíz. Debido a su enorme importancia para la producción de alimentos, la cultura maya lo consideró un dios, otorgándole también dominio sobre los truenos, el agua y el rayo.
El templo de Chaac en Kabah
Uno de los principales sitios arqueológicos que rinde homenaje a esta deidad es el templo de Chaac en Kabah, Yucatán. Este lugar, también conocido como el Palacio de los Mascarones, cuenta con una impresionante fachada decorada con cientos de mascarones que representan al dios de la lluvia. Para los viajeros interesados en la cultura maya, este sitio es una visita imperdible y puede ser alcanzado fácilmente a través del Tren Maya, desde la estación Calkiní.

Su simbología y representación
En las representaciones artísticas, Chaac es mostrado con una nariz larga y curva, colmillos prominentes y en ocasiones con un hacha en la mano. Se creía que con esta herramienta golpeaba las nubes para generar truenos y provocar la lluvia, asegurando así la fertilidad de la tierra.

La estatua de Chaac en Telchac Puerto
En un esfuerzo por destacar la herencia cultural maya, se develó recientemente una estatua de Chaac en Telchac Puerto. Esta acción surgió como respuesta a la polémica por la instalación de una estatua de Poseidón en el puerto de Progreso. La figura de Chaac no solo honra la tradición maya, sino que también refuerza la identidad cultural de la región.